lunes, 2 de septiembre de 2013

DECIMOSEXTO VIAJE: MATARRAÑA (y IV) 24 de Agosto de 2013



Preparar un viaje para el mes de Agosto tiene sus riesgos, los viajeros están de vacaciones descansando por playas o montañas o simplemente no les apetece aventurarse por esas carreteras aunque sean turolenses, por la calina veraniega, así que mejor es tener un buen fondo de armario, de viajeros digo, para asegurarnos una digna concurrencia; Marga surgió es esta ocasión de ese fondo y decidió por fin realizar con nosotros su primer viaje tantas veces pospuesto; oportuno debut, se bienvenida.



Sobre las diez y media nos presentamos en el primer pueblo del día

 FUENTESPALDA (FONTDESPATLA)

   
   Gentilicio: Fuentespaldino
   Población: 317 hab. (2012)
   Altitud: 712 m.s.n.m
 
 Bella estampa con carro tirado por  mulo incluido, la que captamos de Fuentespalda desde un promontorio por encima del camping de la localidad, donde almorzamos pertrechados de mesa y sillas de camping (nuestras eh?, no del camping, pues eso).


Nuestra entrada fue triunfal, pues pasamos con el coche por la plaza de la iglesia sin detenernos cual comitiva política y fuimos a parar directamente al antiguo cementerio, con lo que lo primero que contemplamos fueron las estelas discoidales medievales, que ya en los preparativos de la visita habían despertado nuestro interés;



Luego si, desembocamos andando en la amplia plaza, centro neurálgico del pueblo donde nos despachamos a gusto fotografiando los varios edificios emblemáticos que allí se encontraban y donde también tomaríamos un café para rematar el reciente almuerzo.


El paseo posterior por las frescas calles matinales, buscando los Portales y la Torreta fue placentero...


Y tras una breve conversación con la cantinera que nos sirvió los cafés, emprendimos viaje hacia

 PEÑARROYA DE TASTAVINS
(PENA-ROJA DE TASTAVINS)

   Gentilicio: Pena-rogí, Peñarroyis
   Población: 497 hab. (2012)
   Altitud: 761 m.s.n.m

Casi sin darnos cuenta y como suele ocurrir en casi todos los pueblos, quizás atraídos por la grandiosidad de las torres de las iglesias que presiden todos ellos, nos plantamos en la plaza donde se ubicaba la de Peñarroya, desde donde iniciamos nuestro segundo paseo del día.  


Como ya hemos visitado y también filmado dos cárceles de la comarca, -en Mazaleón y en Ráfales- declinamos la invitación de hacer lo mismo con la de Peñarroya y nos dirigimos según la indicación de un paisano hacia el Portal-Capilla de la Virgen del Carmen, construcción que no falta nunca en estos pueblos y que no debemos confundir su actual función religioso-festiva con la que tuvo cuando se construyeron, que no fue otra que la de puertas de acceso a la localidades cerradas con murallas. 


Otro elemento que hemos podido contemplar en estos viajes con frecuencia, sobretodo en la comarca de Gúdar-Javalambre, son los antiguos lavaderos públicos, restaurados en algunos municipios y que aquí como peculiaridad, por primera vez  pudimos ver a dos mujeres haciendo la colada. 



Si la piedra es el material por excelencia de las casas de todo el Matarraña, en Peñarroya se realza con  la madera empleada en balcones, barandillas y aleros, de gran belleza, que jalonan cualquier calle del pueblo.



Al abandonar el lugar camino de Torre de Arcas, al pasar otra vez por el Santuario Virgen de la Fuente no pude evitar relacionarlo de nuevo con el excelente jamón de igual denominación que tuve la fortuna de probar por primera vez cuando me tocó un ejemplar en un sorteo de un supermercado hará unos tres años Mmmm...

TORRE DE ARCAS (TORREDARQUES)


   Gentilicio: Torrero
   Población: 88 hab. (2012) 
   Altitud: 945 m.s.n.m


Torre de Arcas es el pueblo más pequeñín de la Comarca, tan solo 88 habitantes censados aunque sin duda estos estaban quintuplicados cuando nosotros llegamos, pues se celebraban las fiestas patronales, aunque como era mediodía y la gente descansaba, tan solo en la plaza se contemplaba algo de actividad montando el escenario para la verbena nocturna y en un local cercano utilizado como "peña",  unos jóvenes preparaban las bebidas para el mismo evento.


La casa solariega Manolet del siglo XV, aunque en la web de la comarca nos dicen que fue rehabilitada por el ayuntamiento para alojamiento turístico, lo cierto es que esa reforma se halla inconclusa debido a la maldita crisis o a la gestión de ella, que ha dejado sin dinero a las administraciones para prestar los diferentes servicios públicos; según nos contaron unos torreros que sentados en la plaza estaban, incluso la empresa suministradora del ascensor se había vuelto a llevar el mismo, ante el impago de la máquina. Nos despedimos de nuestros informadores deseándoles unas agradables fiestas y como el hambre apretaba, emprendimos viaje a Monroyo donde teníamos previsto comer.   


MONROYO (MONTROIG)

  
   Gentilicio:Monrojino
   Población: 390 hab. (2012)
   Altitud: 857 m.s.n.m

Pues bien, como digo, nada más llegar a Monroyo aparcamos a la vera del restaurante posada Guadalupe y enseguida nos aposentamos en su agradable comedor; pero escuchemos el menú que con voz clara y serena nos leyó la camarera

Menú en la posada Guadalupe  

No está mal la variedad ¿no? en la foto típica de la comida os mostramos como novedad algunos platos de los que degustamos 



 Pues con la digestión en pleno apogeo, pero más descansados que cuando llegamos, las fuerzas renovadas y un plano-guía que no pudimos encontrar en la web, pero si nos proporcionaron en el restaurante, iniciamos con ganas e ilusión el que iba a ser nuestro último pueblo del día y también de la comarca  



Hasta el Portal de Sto. Domingo fuimos en buena armonía siguiendo la ruta recomendada por el plano-guía, pero de repente en la Placeta de la Villa las féminas sea por su particular sentido de la orientación, sea por  su marcado sentido de la independencia  se cansaron de seguir el guión y desaparecieron de nuestra vista; sea como fuere las encontraríamos poco después al final de la calle Empedrada con Mariví ¡haciendo un dibujo!, así que para no espantarla, digo molestarla, filmé el momento sibilinamente.


La artista en su salsa


De modo espontáneo se nos acercó un monrojino de cuyo nombre lamento no acordarme y nos explicó amablemente algunos datos de la iglesia, el ayuntamiento y Monroyo en general, de lo que quedamos muy agradecidos.



Y aconsejados por el mentado monrojino, subimos al mirador de La Mola desde donde se contemplaba Monroyo a nuestros pies y los puertos de Beceite en el horizonte con toda su grandeza.



Y con esto descendimos todos, ahora si, por donde nos indicaba el plano, y tras tomar un refrigerio para hacer el viaje más placentero, temprano todavía para nuestra costumbre, nos volvimos para Zaragoza.