domingo, 18 de marzo de 2012

CUARTO VIAJE: BAJO MARTÍN (I) 3 de Marzo de 2012


CRÓNICA
 Por fin quedaron atrás los días breves del invierno y apenas se vislumbró cercana la primavera, cuando nosotros retomamos los viajes por Teruel que el año pasado iniciamos por la comarca de Gúdar-Javalambre, de la que aún tenemos pendientes algunos pueblos por visitar, pero que dejamos para cuando los días sean más largos y cálidos y así disfrutar con intensidad de esas altas tierras.
  Así pues en este cuarto viaje nos dirigiremos al Bajo Martín, ya que dada su cercanía aprovecharemos más la luz del postrero invierno de Marzo. En esta ocasión y por diversas circunstancias los viajeros solamente seremos cuatro -ninguna cara nueva-, con la ventaja que los grupos pequeños tienen sobre los más numerosos, que se manejan mejor las situaciones y se agilizan todas las decisiones. 
 Como en anteriores viajes, apenas se despertó la hija de la mañana, la aurora de rosáceos dedos, cuando ya estábamos todos en el aparcamiento del Seminario en una mañana espléndida.



 Nos pusimos en marcha pues, sobre las ocho, hasta llegar apenas una hora después a nuestro primer destino:

VINACEITE

  Por una vez nuestra primera ocupación no fue almorzar, pues dada la brevedad del viaje, todavía no se nos había despertado el apetito, así que hicimos la visita al pueblo con más ligereza de la habitual, y entrando por el barrio Bajo a través de un arco en el que desembocaba la carretera enseguida llegamos a la iglesia y más arriba al mirador sobre el río Aguasvivas


 Tras hacer un poco el payaso  en la barandilla del mirador, nos volvimos por la calle Baja y la calle Mayor hacia el arco de entrada y dimos por finalizado nuestro recorrido apenas sin ser vistos, sin duda por la madrugadora visita en día de fiesta.
 Una vez en la carretera y en lo que iba a ser la tónica del día, nos acomodamos en el vehículo y en breves minutos ya habíamos llegado a nuestro destino, ahora el Cabezo de Alcalá, en el término de Azaila, sin duda la ciudad más antigua que visitaremos en nuestro largo recorrido por las tierras turolenses

CABEZO DE ALCALÁ

 Un letrero nos informaba del horario de visita y no solo llegábamos a la hora en punto de apertura sino que también era el primer día de la temporada que se abría, como nos explicó el joven encargado del recinto, por lo demás dicharachero él (se adivinaba que no le sobraban visitantes con los que hablar), hicimos el recorrido que nos recomendó. 



  Pero escuchemos a Cicerón-Josemari mientras contemplamos el poblado
Un recorrido narrado, por el Cabezo...
No, si por vídeos no será, no... luego que nadie diga que no sabe qué es el Cabezo de Alcalá...

Lectura apresurada del Cabezo de Alcalá
 
  ¡¡Uff!!... y una vez terminado el recorrido arqueológico del lugar y pertrechados con abundantes folletos, nos dirigimos raudos a nuestro segundo pueblo, que divisábamos al fondo desde el poblado:

AZAILA

  Aquí sí. Nada más aparcar en la plaza de Aragón nos dispusimos a almorzar en unos bancos junto a una fuente, mientras José, como siempre, buscaba algo digno para su lápiz 



 Una vez que dimos cuenta de las viandas traídas para la ocasión, nos dirigimos hacia la plaza de la iglesia a admirar como siempre su exterior, ya que como creo hemos comentado en otras ocasiones, siempre están cerradas salvo que coincida con alguna celebración; 


 
Las once serían, cuando abandonamos el pueblo, no sin antes desde una pequeña loma hacer las fotos panorámicas de rigor; y sin más dilación emprendimos viaje hacia


LA PUEBLA DE HIJAR

  Al llegar a Híjar atravesamos sin pausa la barriada de la estación y después de una breve parada en la avenida de la Constitución para hacer un par de fotografías, nos presentamos de un tirón a través de un arco que desde la plaza de España enlazaba esta con la plaza de la Iglesia, donde dejamos el vehículo e iniciamos nuestra visita por la
  calle San Roque en busca del arco del mismo nombre, donde hubo que retirar unos cubos de basura que impedían fotografiarlo en soledad como es de rigor y no con la compañía de tan vulgar presencia, ¿¡de verdad que no hay ningún sitio para colocarlos fuera de la línea visual del arco!?

Tras admirar el arco capilla de San Roque nos alejamos por la calle de Poniente hacia una loma cercana desde donde se presentaba generosamente la Puebla en todo su esplendor y que nosotros no desaprovechamos grabándolo en nuestras cámaras
  De regreso al pueblo callejeamos hacia la plaza Chariff donde después de refrescarnos en su fuente de los siete caños, subimos al vehículo y emprendimos el breve viaje hacia el pequeño y encantador 

JATIEL
   Desde la plaza San Roque y a lo largo de la calle Joaquín Costa llegamos a la iglesia, que fotografiamos adoptando todo tipo de posturicas,
 Después buscando la Cripta gótica nos extraviamos y fuimos a parar a la Ferrería donde un paisano que estaba faenando en un huerto resultó ser un empleado del Ayuntamiento -Antonio, mi tocayo- que guardaba la llave y amablemente abandonó las tareas hortelanas  a pesar de nuestras protestas, para enseñarnos la Cripta y aunque lo intentó animosamente no consiguió hacer funcionar el aparato reproductor del audiovisual que para la ocasión tenían preparado -¡de nuevo como en el Cabezo los inconvenientes de ser los primeros de la temporada turística!- desde aquí decirle que no se preocupe, si hay algo de lo que estemos hartos hoy en día es del exceso de imágenes de todo tipo de pantallas, que nos inundan 


Y así terminamos esta interesante visita a Jatiel, si bien todavía paramos al alejarnos y como ya viene siendo habitual en todos los pueblos, a contemplar su silueta y retenerla para nuestro blog; apenas un instante después divisamos abajo en un valle

CASTELNOU

La entrada a Castelnou es espectacular, en la ribera del río Martín encontramos varias pistas deportivas, piscinas, zonas de juego infantil, merenderos... más adelante en los datos del municipio explicamos tal singularidad, por lo demás nos dirigimos a la iglesia del pueblo caminando por unas estrechas y bien cuidadas calles
 

que al estar esta en lo más elevado de la población nos permitió observar el barranco que la divide y que sirve de salida hacia la población vecina

SAMPER DE CALANDA

Sobre la una y cuarto nos acercábamos a Samper cuya vista nos recordó a  Arcos de las Salinas por lo gigantesco de su iglesia, que parecía arropar al resto del pueblo minimizándolo. Nos dirigimos directamente a la plaza de Santo Domingo, pues por una vez sabíamos de antemano dónde íbamos a comer y cuándo, es decir, en el restaurante El Porche y después de admirar el Arco de la plaza y subir hasta la iglesia por la cuesta del mismo nombre;

  pegados a sus muros la iglesia aún intimidaba más, así que aprovechando que ya eran las dos y presos más del cansancio que del hambre, nos dirigimos a la cercana plaza de España donde se ubicaba nuestro restaurante; aquí no pudimos menos que acordarnos de uno de nuestros amigos en este viaje ausente, pues el amable mesonero respondía al nombre de Joaquín, quien nada más sentarnos nos sugirió fuera de menú, unas orejas de cerdo preparadas al estilo de su mujer -quien al final de la comida como los grandes chefs salió a preguntarnos que tal habíamos comido-, orejas que tomamos con unas cervezas y que casi nos comimos en su totalidad con sumo placer Paco y yo, pues Josemari les hizo ascos y José tras larga batalla con su dentadura se dio por vencido. Después aún nos invitó a unas lascas de jamón de Teruel mientras esperábamos los garbanzos de vigilia con alguna que otra almeja y de segundo chuletas asadas, de postre , para dar gusto al vino que reclamaba con insistencia un poco de queso,
 -ya se sabe el dicho: "le dijo el queso al vino, ven aquí buen amigo"- le dimos gusto. Bien, nos fuimos satisfechos y contentos después de pagar. Un saludo a Joaquín y a su mujer -los mesoneros, claro-  por su buen servicio. 

   Con la barriga llena, las tres y media, y el sopor natural que produce el amigo del queso, nos dispusimos a visitar el barrio de      los Alamines; al enfilar la calle de San José para visitar el Arco Capilla, en una plazoleta contemplamos la imagen sesteante de una samperina en un umbral, que aumentó nuestro sopor


  Ya en el Arco pudimos deleitarnos con el encanto del barrio y la calle de Alamines 
donde nos enteramos del premio recibido y contemplamos, como en todos los municipios de la comarca, la misma cerámica de Teruel para los rótulos dispuestos en las paredes; pero más nos sorprendió una  forja cerca de un portal de la que no supimos saber cuál era su utilidad. ¿Alguien nos sacará de dudas?
   Regresamos a la plaza de Santo Domingo bajando por la calle de San Juan, pasando antes por la plaza de la Villa para dar por finalizada nuestra visita al núcleo urbano y dirigirnos a la ermita de Santa Quiteria, pero antes de emprender la marcha aún tuvimos unos minutos de relajo
El precio del agua

   No podemos enseñar nada de nuestra visita a la ermita, pues quizás intimidados por un numeroso grupo de jóvenes que disfrutaban de una merienda de romería, ¡no hicimos ninguna foto!. Tan solo las vistas del pueblo, pero de la ermita, nada de nada; en su lugar os enseñamos como se debe sacar una fotografía, sin que tiemble el pulso y con la postura adecuada para captar el ángulo preciso
   Bueno yo creo que nos hemos despachado a gusto con Samper, así que nos dirigiremos a nuestra última visita del día
HÍJAR
    Bonito dibujo de José ¿verdad?. Pues nuestro trabajo nos costó, porque la verdad es que llevaba todo el día remoloneando para dibujar. Que si no había vistas interesantes , que si solo había iglesias,... el caso es que como ya declinaba la tarde y además era nuestra última visita del día, atravesamos Híjar de oeste a este buscando la que creíamos parte más elevada del pueblo y tras breve titubeo después de pasar el puente sobre el Martín, enseguida alcanzamos el Santuario de la Virgen del Carmen desde donde nuestro artista se sintió cómodo y nos regaló el anterior dibujo.


  Con la tranquilidad del deber cumplido nos dispusimos a hacer tal y como sugerían en la página de la comarca, "un paseo por Híjar" -no estaría de más marcar el itinerario en el callejero de la misma página, sugerimos-. Así que nos situamos en la estación de autobuses y partimos por la calle Jardiel hasta llegar a la plaza de la Villa
   Salimos de la plaza por la calle Otal y nos dirigimos por la cuesta del Olmo a la plaza de la judería -¿cómo es posible que ninguno hiciéramos una sola foto de la misma?- y desde allí nos dirigimos a la iglesia subiendo por la calle Paradas, en la que había unas edificaciones de nueva planta poco acordes con el entorno, en nuestra opinión. Ya en la Iglesia, en su pórtico, descubrimos la típica furgoneta aparcada que viene siendo habitual en todos los lugares que visitamos
 abandonamos la plaza de la iglesia y descendimos por la calle santa Rosa donde admiramos la casa de la Abadía
 más abajo en la calle de Santa Ana contemplamos el arco capilla del mismo nombre
 continuamos por la estrecha calle Alta Virgen hasta desembocar en la plaza de la Parroquia ya en pleno barrio morisco, para terminar nuestro paseo dirigiéndonos a la plaza de San Blas 
y tras un breve descanso junto al monumento al Justicia, regresamos al coche y emprendimos el viaje de regreso, satisfechos por lo mucho visto e ilusionados como siempre ante la próxima salida. 

DATOS GEOGRÁFICOS, 
MONUMENTALES, HISTÓRICOS...

1.-VINACEITE




Gentilicio: Vinazayo, ya
Nº de habitantes: 301
Altitud: 304
Su nombre deviene del término árabe Abin Assayyid que, etimológicamente, puede traducirse como “Descendientes del Señor” cuya transcripción es una expresión que indica gran prestigio y parece estar unida a la autoridad de los representantes de los poderes estatales. De ahí que la configuración de su casco urbano original sea de un carácter marcadamente morisco; con la particularidad de que las viviendas suelen tener un canon muy alargado en su configuración.

Existen en el término municipal restos arqueológicos que denotan una ocupación anterior, ya desde época prerromana. En las afueras de la localidad se encuentra el despoblado del Cabezo de La Bovina, yacimiento ibérico declarado Monumento Histórico Artístico y considerado un asentamiento secundario del cercano Cabezo de Alcalá, en Azaila.

Tras el paréntesis de la época bajoimperial romana y visigótica, de la cual no se han hallado restos en nuestro término municipal, tuvo lugar el momento de la dominación musulmana. Desde mediados del siglo VIII la cuenca del río Aguasvivas fue objeto de un vasto proceso de poblamiento, momento en el que probablemente es fundado el núcleo original del actual Vinaceite. Su primera mención documental es de 1177, cuando se cita a un vecino de Codo llamado Xenen de Binizaet.

De configuración típicamente morisca, en su casco urbano destaca la iglesia parroquial de San Juan Bautista, en estilo barroco y de planta cuadrada, trazada por el arquitecto Agustín Sanz en el XVIII bajo el mecenazgo de los duques de Híjar.

2.- EL CABEZO DE ALCALA

La acrópolis fue inicialmente poblada por celtas de la cultura de los campos de urnas hacia el siglo IX a. C. Ocuparon la cima alargada de una colina en las cercanías del río Aguasvivas, que les proporcionaba una fácil defensa y una relativa cercanía al agua. La estratégica posición permitía controlar el valle de dicho río. También se ha conservado la necrópolis, un campo de urnas. La ciudad celta fue destruida durante las Guerras Púnicas, hacia el siglo III a. C., y sus restos se encuentran bajo el nivel que se puede visitar.

Fue reconstruida por indígenas íberos, probablemente sedetanos. La ciudad se extendía más allá de la acrópolis conservada, con un barrio comercial (conservado) y casas de agricultores y clases más desfavorecidas extramuros. Estos barrios y casas no están excavadas y en parte han sido destruidas por actividades agrícolas y económicas modernas. En total se calcula una población aproximada de unos 3000 habitantes. La población se fue romanizando paulatinamente, aunque manteniendo su carácter nativo.

La destrucción de esta segunda población fue a raíz de las Guerras Civiles Romanas o Guerras Sertorianas. En el año 75 ó 76 a. C. las tropas de Pompeyo pusieron sitio a la ciudad. Para poder entrar en el recinto amurallado, construyeron una rampa con los materiales de las casas de los barrios externos y argamasa. La rampa les permitió atravesar el foso y las murallas, con lo que consiguieron entrar utilizando poderosas máquinas de asalto y destruyendo todo a su paso. La ciudad no volvió a reconstruirse.

No se conoce el nombre antiguo de la ciudad aunque algunos de los investigadores han propuesto que se trata de Sedeisken, la capital de los sedetanos. Aparte de marcas de alfarero en las magníficas cerámicas halladas, no se han encontrado otros textos de importancia.

Esta urbe tuvo una importancia capital en el territorio de los Sedetanos, pueblo Ibérico que englobó otras localidades del Valle Medio del Ebro como Alaun (Alagón), Damainu, Lakine e Ildukoite.

Se sube por un camino hasta el aljibe de gran capacidad y 10 metros de profundidad, al que desembocan las calles de la población, recogiendo así el agua de la lluvia. El agua del aljibe era usada sólo en caso de sequía o de asedio, aunque más tarde se cree que también se usó para las termas. El agua para uso diario era recogida en el río Aguasvivas.

La ciudad es alargada y se extiende a lo largo de la cima del promontorio. Una calle central, la recorre de punta a punta. Las calles son de estilo romano: empedradas y con aceras a los lados. En la parte más alta, en uno de los extremos, se encuentran los restos de dos torres de vigía. Se cree que la zona era la posición más fortificada de la ciudad.

El templo:
Durante la Guerra Civil Española se convirtió el templo en refugio antiaéreo, lo que conllevó grandes daños y la pérdida de las pocas pinturas que se habían conservado. En el escalón de entrada incluso se grabó "VIVA LA CNT", que todavía se pueden leer actualmente.

3.- AZAILA

Gentilicio: Azailanos
Nº de habitantes: 155
Altitud: 276


Su topónimo es de origen árabe, con el significado de “la plana”, en los textos medievales se la citaba como Zaylla.
Recientemente se han encontrado en las cercanías de la localidad una necrópolis medieval de los siglos XIII al XVI.

Tras la ocupación aragonesa, el rey Pedro II dio en el año 1196 Azaila a Gastón de Castellote.
Se conocen las fijaciones de los términos correspondientes a Romana y Azaila, realizadas en los años 1215 y 1285 de las diversas que se hicieron a lo largo del siglo XIII.

Su parroquia está dedicada a Nuestra Señora del Rosario, originalmente era a San Pedro Mártir.
La construcción data del siglo XVII, de estilo barroco y se realiza bajo el mecenazgo de los duques de Híjar, cuyo escudo se encuentra encima de la puerta de la iglesia. La obra es de mampostería y ladrillo, de una nave cerrada con bóveda de medio cañón con lunetos y en la cabecera de la iglesia una torre de cinco cuerpos, después del verano de 1936 desaparecieron toda la decoración interior habiéndose recuperado recientemente.


En cuanto a la población se registran en 1489 20 fuegos que luego, en 1495, pasan a ser 12, todos ellos musulmanes. Tras la expulsión de los moriscos la localidad quedó casi vacía, al ser abandonadas 86 casas, que suponían 430 personas, que encuadradas en el tránsito 11, junto a las poblaciones vecinas de Cuarte y Rodén, se juntaros todos en Azaila para continuar unidos a Samper de Calanda, que distaba 3 leguas, pasando después a Caspe y Maella, último lugar de Aragón, continuando hasta el puerto de Los Alfaques, al sur de Tortosa, lugar de embarque a tierras del norte de África.
Desde la fogeación de 1645 hasta 1718 se mantuvo la población con 8 fuegos, y llegó a ser de 72 personas en 1776.
A mediados del siglo XIX, Azaila contaba con 100 casas,y 467 almas, siendo la población estable permanente en torno a 400 vecinos, en 1970 hay 363 habitantes iniciando una pérdida continua de población hasta principios del siglo XXI en los que los vecinos censados rondan las 200 personas.

4.-LA PUEBLA DE HIJAR

Gentilicio: Poblano/a
Nº de habitantes: 1013 (2.011)
Altitud: 254


Los primeros restos humanos aparecidos fueron los encontrados en el Cabezo Redondo, pertenecientes a la Edad de Bronce. Sin embargo, las primeras evidencias de la existencia de civilización se obtuvieron con el hallazgo de una inscripción escrita en latín sobre el asentamiento íbero de “Osicerda”. El hecho de que la inscripción fuera escrita en latín es una clara muestra de la evolución de la ciudad íbera “Usekerte” hasta la romanizada “Osicerda”.

Durante la Edad Media, a principios del siglo XIII, la actual La Puebla de Híjar forma parte de las tierras propiedad del Señor de Urrea y su nombre es La Puebla de Gaén o de Gayén, la cual estaba poblada en su totalidad por moriscos. Existen documentos del año 1420 en los que se detalla con nombres y apellidos quienes eran los habitantes de la localidad por aquel entonces.
Anteriormente a la creación de la Baronía de Hijar en 1.268 la población se llamaba La Puebla de Gaén.
En 1495, Fernando I El Católico encarga la confección de un censo de las poblaciones del Ducado, siendo todos los habitantes de La Puebla de Híjar musulmanes.

Cuando en 1610 Felipe III decreta la expulsión de los moriscos de España, en La Puebla de Híjar quedan únicamente unos 27 habitantes. Al año siguiente, debido a la necesidad de que las tierras fueran trabajadas, el Duque de Híjar lleva a cabo la repoblación de la zona, trasladando a gente de otros lugares y concediendo a cada familia que se instalase en La Puebla de Híjar, una casa, un corral, una porción de terreno agrícola de regadío y otro de secano.
Ya en el siglo XIX, se produce la desamortización de los señoríos, tanto laicos como los de la iglesia, y los pueblos pasan a gobernarse y administrarse por sí solos. Es entonces cuando La Puebla de Híjar se independiza tal y como hoy se le conoce.

La iglesia parroquial de la Natividad de Nuestra Señora domina el barrio antiguo de la Puebla. En la portada aparece la fecha de 1766 con escudo de, los duques de Híjar. Es un templo barroco, con tres naves y un crucero centralizado, sobre el que se eleva la cúpula trazada por Agustín Sanz.

Callejeando por el casco antiguo se llega al arco-capilla de San Roque, también barroco, con esgrafiados recientemente restaurados. 


Y en la salida hacia Híjar está la plaza del Charif, lugar de aprovechamiento secular del Ojico, cuyas aguas vierten en la fuente del Chorro, el abrevadero y lavadero, hoy centro de exposiciones.

En el llamado barrio de la Estación puede visitarse la ermita de "los Dolores" y la exposición permanente "Nuestra Semana Santa".

5.-JATIEL

Gentilicio: Jatielinos
Nº de habitantes: 52 Hab (2.011)
Altitud: 209

Jatiel es la más pequeña de las localidades de la comarca del Bajo Martín. Se cultiva el Melocotón embolsado de Calanda y el olivo, para la producción de aceite de oliva de la Denominación de Origen del Bajo Aragón.
Las calles y rincones son de raigambre morisca. No en vano, según los fogales de 1495, todos sus vecinos eran mudéjares.
la iglesia parroquial de la Inmaculada Concepcion. Se trata de un templo barroco levantado en el siglo XVIII, donde se guarda, según la tradición, un “lignum crucis” o pedazo de la Cruz de Cristo, y las reliquias de San Javier.La iglesia de esbelta torre, es un pequeño templo de una sola nave con capillas entre contrafuertes y cubierta de cañón con lunetos intensamente decorada. Conforma un conjunto barroco de belleza y acabado singular, algo que no se adivina desde el sobrio exterior del templo. La portada de piedra arenisca está presidida en su clave por una cruz de la Orden de San Juan de Jerusalén, orden a cuya encomienda pertenecía la localidad.

En Jatiel no puede dejar de visitarse la conocida como cripta gótica, construcción subterránea de los siglos XIV o XV que posiblemente fue una cilla o almacén de la orden caballeresca. Tiene planta en forma de cruz latina irregular con un pequeño crucero y ábside recto, unido en galerías laterales. Su gran importancia radica en la escasez de este tipo de restos civiles que se conserva de aquellas órdenes militares que repoblaron y ordenaron el territorio durante la Edad Media. Entre las galerías puede verse la chimenea de aireación y antiguo acceso, a través de escaleras, en los muros laterales. La obra, de ladrillo aragonés, con arcos apuntados y bóveda de crucería en el centro del crucero, es de un meticuloso acabado, destacando la correcta disposición espacial.

6.-CASTELNOU


Gentilicio: Castelinos, Castenloro o castelnouvense
Nº de habitantes: 120 Hab (2.010)
Altitud: 210


Lo más sobresaliente de los alrededores son los restos de dos poblados ibéricos en los cerros llamados cabecico Bajero y peña Fresca, en los que se hallaron interesantes piezas cerámicas.

El principal edificio de interés que alberga la localidad es la iglesia de la Inmaculada Concepción, del siglo XVIII. Como curiosidad hay que decir que su campana es conocida como la "Valera".
Pese al mal estado de conservación, la totalidad de las cubiertas, se decora con un esgrafiado en blanco y azul, muy típico de la zona. Guirnaldas de yeserías, enlazan las ventanas y adornan los capiteles. Originalmente estarían decoradas con pan de oro. El retablo de estilo clasicista, es de reciente factura.Consta de tres naves divididas en cuatro tramos. En el último tramo, a los pies, se alza el coro. El acceso al templo de hace desde el tercer tramo del lado de la epístola.

Castelnou es el quinto pueblo con la renta per cápita más alta de España gracias, básicamente, a los impuestos que se recaudan de la central térmica de ciclo combinado que se instaló hace pocos años. Sin embargo, Castelnou está sufriendo el envejecimiento de su población, y quiere y está en disposición de facilitar la bienvenida a su población a familias, preferiblemente con niños. El 70% de la población tiene más de 60 años, y el Ayuntamiento ha convocado una caravana de niños para encontrar familias jóvenes dispuestas a quedarse a vivir en Castelnou.

7.- SAMPER DE CALANDA


Gentilicio: Samperino, na
Población: 909 (2.011)
Altitud: 258 m


Desde lejos se aprecia el rotundo volumen de la iglesia parroquial del Salvador, construcción de siglo XVIII de gran monumentalidad, con tres naves de cinco tramos y un crucero coronado por una gran cúpula sobre pechinas que destaca al exterior junto con dos torres que flanquean la fachada.




Una vez en el casco urbano, de entrecruzadas calles de ambiente medieval, se recomienda el paseo por el barrio de los Alamines que ha conseguido mantener la arquitectura propia de la zona. Otros elementos especialmente reseñables de su conjunto urbano son sus hornacinas, como la de la Virgen del Rosario y sus capillas-arco, como la de San José, y la de Santo Domingo, en la plaza del mismo nombre. 
El molino harinero no puede dejar de visitarse como uno de los ejemplos de patrimonio etnográfico.

A Samper de Calanda llegaron los descendientes de los primeros bereberes, de las tribus zanatas y de los sinayas, y de otras que podrían huir de los territorios conquistados por los cristianos, de origen árabe. También los mudéjares ocuparon Samper, después de decidir quedarse en las villas conquistadas y que se apartaban en las mismas villas en las que se habían decidido quedar, por sentirse discriminado por los cristianos hispanorromanos. Los judíos se separaban de todos y ejercían los oficios de prestamistas, notarios y artesanos. Los cristianos se distinguían del resto llevando cinturones de cuero, y los judíos acostumbraban a llevar colores vivos sobre los hombros, mientras que las mujeres se tapaban la cabeza con una saya larga. Al final, las gentes se mezclaron en las nuevas generaciones y se fundó Samper de Calanda en el siglo XVIII como es actualmente. Se denominaron San Juan y San Pedro. La parroquia de San Juan terminó por desaparecer.
Sobre el monte de San Pedro, Samper conserva vestigios de las culturas íbera, romana y árabe. Existen edificios de estilo renacentista aragonés y arcos típicos.



Camino de la estación del ferrocarril, que dista unos dos kilómetros, se encuentran el Calvario y la ermita de Santa Quiteria. Ésta ocupa una hondonada y su origen fue el antiguo monasterio de los monjes agustinos que habitaron el edificio durante doscientos años.

La agricultura se centra en el cultivo de olivos, almendros, cereales y frutales (melocotones). También hay granjas.


8.- HIJAR

Gentilicio: Hijarano, na
Población: 1872 (2.011)
Altitud: 291 msnm


Híjar es conocida por su Semana Santa, la primera en Aragón en ser declarada de Interés Turístico Nacional ya en 1980. Es la cabeza de un importante ducado, uno de los títulos de más alta nobleza en la Corona de Aragón (su titular es la Duquesa de Alba). Goza de las distinciones de "Muy Noble", "Muy leal" y "Antiquísima".
El origen de la Villa se remonta hasta la época de los Íberos.
De época altomedieval, dataría los restos conocidos como “Las Tumbas”, Consisten en tres tumbas antropomorfas que se corresponderían con una necrópolis visigoda.
Durante la reconquista, la población no debió de suponer una gran resistencia, se cree que en aquella época Híjar era una población poco importante.
La Baronía de Híjar, se funda el 20 de abril de 1268. Momento en el que el Rey Don Jaime I “El Conquistador”, otorgaba a su hijo natural Don Pedro, la mitad del castillo de Híjar y Urrea. Don Pedro, adoptó como apellido el nombre de la Villa. La Edad Medía, llegaría hasta el gobierno del VII Señor de Híjar, D. Juan Fernández de Híjar y Cabrera, quien estreno la dignidad de Duque de Híjar, desde el 16 de abril de 1483.
Durante este periodo, en la Villa de Híjar, coexistieron las tres religiones del libro. Cristianos, Judíos y Musulmanes, habitaron y se organizaron en sus propios barrios.
En 1318, se estaba construyendo en estilo mudéjar, la Iglesia de Santa María la Mayor.


De la aljama de moros, se posee muy poca información, pero nos consta que fue tan importante como la aljama de los judíos.
El primer Duque de Híjar, instalo en su Palacio una imprenta, que fue de las primeras del reino. En su testamento de 1517, hace venir a los Franciscanos y estos vistieron a todos los vecinos con la túnica negra que se lleva en la actualidad.
Los Franciscanos se instalaron en la ermita de San Antonio, en tanto se les edificaba el Convento de Nuestra Señora de los Ángeles (en ruinas); donde permanecieron hasta 1835.


Durante el siglo XVI, los Duques de Híjar, invirtieron abundantemente en la construcción de templos. La Iglesia de San Blas, fue edificada en 1513 y reparada en 1760, fue destruida en la Guerra Civil.
La Historia Contemporánea, marca el declive de la Villa Híjar. Los Duques ya no vivían en el pueblo y en 1826, vendían todas sus posesiones en Híjar.



Durante la guerra de Independencia, y al no poder incorporarse los hijaranos a la defensa de Zaragoza, estos se enfrentaron a ellos aplicando la táctica de las “guerrillas”.



Durante las guerras Carlistas, Híjar se encontró entre la Zaragoza Liberal y el Maestrazgo Carlista. Entre 1838 y 1840, Cabrera estableció en el castillo-palacio de Híjar como centro de operaciones.


Fuentes:
                 - Wikipedia
                 - Elaboración propia
               http://www.comarcabajomartin.com/