viernes, 30 de diciembre de 2011

TERCER VIAJE: GÚDAR-JAVALAMBRE (III) 26 DE NOVIEMBRE DE 2011



      CRÓNICA


Mañanitas de niebla tardes de sol, con esa esperanza, casi certeza por el pronóstico meteorológico, iniciamos nuestro tercer viaje por las tierras turolenses, allá por la sierras de Gúdar, con un nuevo viajero, Antonio, de frente despejada, pero la verdad es que la angustia nos empezó a invadir cuando ya superado Teruel,  arriba en el puerto de Escandón la niebla era intensa todavía, afortunadamente nuestros presagios se disiparon como en el anterior viaje al bajar el puerto y vislumbrar en la lejanía Sarrión, con un cielo limpio y de azul intenso, se diría que sabedor de nuestra visita se había engalanado para ser fotografiado con su mejor aspecto.


SARRIÓN


      Nuestra entrada  fue zarrapastrosa, pues mientras unos se plantaron de golpe en el corazón del pueblo, otros evacuaban a las afueras el líquido sobrante del viaje nebuloso; por fin gracias a las nuevas tecnologías, contactamos y dimos todos en el portal de Teruel, para cumplir con el ritual habitual e iniciar nuestra primera obligación de todos los viajes: almorzar.
            
        Todos, menos José que, como siempre mientras los demás llenábamos el estómago, se dedicaba a plasmar con el lápiz la arquitectura del lugar. Veamos su obra del día

       Iniciamos pues el recorrido entrando por el portal de Teruel, dirigiéndonos hacia la plaza del ayuntamiento por la calle del mismo nombre, deteniéndonos un tanto, para escuchar la habitual lectura de los datos técnicos del lugar de boca del escéptico (pero menos) bloguero, con la casa de los Monterde al fondo.


    
    Ya cerca de la Iglesia y del ayuntamiento, nos abordó la señora Izquierdo, con la esperanza de salir en algún reportaje televisivo al vernos pertrechados de manera tan generosa de cámaras de todo tipo y no dudó en contarnos las excelencias del lugar incluso con alguna foto histórica; para no defraudar sus expectativas y aunque este blog no tenga la misma difusión que la página de TVE, ¡dónde va a parar!, incluímos el breve vídeo con su encuentro para que se vea; la señora, digo.

La Sra. Izquierdo

     Tras saborear exteriormente la torre de la iglesia y la fachada del ayuntamiento, nos dirigimos a la ya inexistente puerta de Valencia donde Paco nos explicó no sin cierto pudor la simbiosis de los olmos y las acacias  
Paco, el olmo y la acacia

desde allí nos acercamos a la parte más alta del pueblo, la Plaza de la Unión Musical y el Calvario; esta vez aunque Joaquín puso el automático para la foto de grupo no hubiera sido necesario pues hubo quien se ocultó detrás de una de las columnas y apenas se vislumbra, aunque  si preguntáis por él a la fotografía, quizá se asome gritando ¡chas, aquí estoy! del mismo modo que el aldeano que haciendo la mili, le quiso enviar una foto a su madre y se colocó detrás del tronco de un frondoso árbol y cuando el fotógrafo le advirtió que su madre solo vería el árbol, él le contestó: -no, porque cuando mi madre diga, "¡qué árbol más bonito!, ¿pero donde está mi hijo?", entonces yo saldré detrás del árbol y gritaré ¡Chas, aquí estoy mamá!- , pues eso, probad a ver si resulta.

         Tras esto volvimos sobre nuestros pasos y después de atravesar en sentido contrario el portal de Teruel, nos dirigimos hacia los vehículos y dimos por finalizada nuestra visita a Sarrión, y nos encaminamos siendo ya mediodía a nuestro siguiente destino: 


ALBENTOSA



          Al contrario que Sarrión, Albentosa  ofrece al viajero variadas vistas panorámicas dado lo escarpado de su enclave, ya al vislumbrarlo tras el valle jalonado por hasta tres viaductos, ofrece su vista clásica con uno de ellos en primer término; elegimos no obstante para este lugar, una quizá menos conocida.
        La visita aunque breve por lo reducido de su centro, fue acogedora destacando por su encanto las cuatro esquinas que a la bajada de la Iglesia se entroncan con la calle perpendicular al ayuntamiento. 
      
 ya a la salida del pueblo aún nos detuvimos para hacer las últimas fotos al puente medieval y al Castillo y los viaductos 
y por fin nos decidimos a abandonar el lugar no sin antes "agradecer" al panadero Escriche la excelente ubicación de la furgoneta de su negocio que nos imposibilitó hacer una fotografía limpia de la portada de la iglesia; 
no obstante en su descargo decir que estas situaciones son recurrentes allá donde vamos, los ayuntamientos por lo general no cuidan estos detalles y no prohíben aparcar en sus lugares emblemáticos, ¡si, ya sé, estamos hartos de prohibiciones!, pero... 
       Visto pues Albentosa, nos dispusimos a saldar una cuenta pendiente que teníamos desde el viaje anterior, que no es otra si no contemplar por fin el

EMBALSE DE LOS TORANES

           al que llegamos tras un placentero paseo de poco más de un kilómetro. Lo fotografiamos para nuestra documentación pantanera, y volvimos por donde habíamos venido cruzándonos con multitud de excursionistas que hacia la presa se dirigían, venidos de tierras catalanas a juzgar por las conversaciones que entre ellos acertamos a escuchar. 
        Serían cerca de las dos de la tarde cuando emprendimos el viaje  a Mora con el propósito de comer antes de la visita monumental que se preveía interesante y prolija.

MORA DE RUBIELOS
             Ya estacionados a la vera del Castillo nos hicimos una foto de grupo antes de iniciar el recorrido recomendado por el plano turístico que días antes habíamos preparado -lo de habíamos es una licencia literaria, pues siempre es el mismo el que prepara todo- hela aquí
            No, no me he olvidado que había que comer primero, lo que ocurre es que el restaurante lo encontraríamos en nuestra ruta tarde o temprano y así ganaríamos  tiempo y metros, de manera que bajando por la Ronda de Martín Almagro desembocamos en la plaza de la Iglesia donde hicimos nuestro primer intento culinario con un fracaso estrepitoso, pues ni siquiera había un triste camarero en el bar el Escalón en el interior del establecimiento, así que lo abandonamos discretamente y proseguimos nuestra ruta adentrándonos en la plaza de las Monjas, de acceso al Portal de Cabras cuando serían ya las dos y media. Pero mirad, mirad,  
         Después de pisar un instante sobre el puente de Cabra para hacer una foto del Portal desde el exterior, penetramos de nuevo por el mismo y nos encaminamos hacia abajo por la calle Las Parras girándonos a nuestras espaldas para contemplar en todo su esplendor la torre de la Iglesia de la excolegiata de la Natividad y ya de frente, el conjunto de la bella arquitectura de las casas de la calle
    Si, ya sé que los viajeros no parecen prestarle mucha atención a la torre, ocupados en contemplar la fachada de la Casa Cortel, pero os aseguro que tan sólo un instante antes se la prestaban.
     Y llegados a este punto, como en anteriores viajes, la necesidad primaria venció al interés cultural y decidimos dejar el ARTE, con mayúsculas, por el arte culinario, pues los estómagos empezaban a protestar y con razón, después de un par de intentos más, por fin reservamos mesa en el Mesón Fuenjamón para las tres y media, hora muy española que nos permitió seguir nuestro itinerario antes de comer, a  partir del Portal de Rubielos, y el Portillo de las Cuatro Esquinas 


por la calle de Pedro Esteban hasta desembocar en el Portal de Alcalá 
      Desde aquí y acuciados por el hambre llegamos fácilmente por la calle Baja al mesón, para dar cuenta de las merecidas viandas que nos esperaban impacientes 
  La comida..., ¡qué decir para no herir susceptibilidades!, que siguió perdiendo calidad y ganando precio  con arreglo a anteriores viajes, esto no puede seguir así, definitivamente alguien se tiene que encargar de reservar en próximos viajes desde Zaragoza para evitar sorpresas y también para mayor tranquilidad y eludir el buscar con prisas un restaurante; ¿quién coge el cable?
       De nuevo en la calle y apenas sin darnos cuenta, la tarde empezó a caer y dieron las cinco, de modo que nos dirigimos desde la plaza de la Villa por la calle Villanueva  y allí nos encontramos con una casa que tenía instalada en su fachada una polea, y Paco con su noble lenguaje mañico nos explicó su función, que Antonio a su vez interpretó de una manera sui géneris; pero veamos y escuchemos que no tiene desperdicio
La polea o Garrucha


 Continuamos tras la disertación hasta el Nuevo Portal de Rubielos. 

    De regreso se estableció un debate sobre las técnicas de grabación que quedó plasmado, en esencia, en este vídeo
Teoría sobre el movimiento

Y ya sin apenas luz buscamos los vehículos para encontrar un lugar elevado y hacer las fotos panorámicas que todavía teníamos pendientes y cuyo resultado podéis apreciar en la muestra que más arriba he insertado, donde se aprecia la luz rojiza del atardecer.
      Sin tiempo para más dimos por acabada nuestra tercera visita a esta apasionante comarca, y cansados pero satisfechos nos protegimos del frío atardecer de Mora en los cómodos asientos de los coches e iniciamos el camino de regreso; media hora después a la izquierda, el cielo de  Sarrión que por la mañana nos acogía limpio y azul, ahora impregnado de una variada gama de naranjas, rojos, azules y negros con apenas unas gotas de luz, nos despedía nostálgico como nuestro estado de ánimo, 
 le sonreímos con aire cansado pero feliz, sabiendo que volveríamos de nuevo en nuestro próximo viaje con energías renovadas y la ilusión intacta. 


DATOS GEOGRÁFICOS,


 MONUMENTALES, HISTÓRICOS

1. SARRION

Gentilicio: Sarrionense
Nº de habitantes: 1155
Altitud: 981
Fiestas: Tercer domingo de septiembre


El viajero queda admirado por el magnifico conjunto urbano de Sarrión, donde la huella del pasado permanece inalterable y puede contemplar dos excepcionales monumentos históricos-artísticos como son el portal de Teruel y la ermita de la Sangre de Cristo. Su término comprende los caseríos de Abricuestas, Cerrellar, El Dislocado, La Calavera, Las Paradas, y San Cristóbal. En 1280 su iglesia era de la Orden del Temple.
El pueblo se estructura a partir de la plaza Mayor, casi todas las calles van a parar a la plaza.
La iglesia parroquial de San Pedro es obra del siglo XVIII, de mampostería y cantería; consta de tres naves, cubiertas por bóveda de medio cañón con lunetos, fue desmantelada en 1936. La torre campanario se alza también a los pies y sube esbelta de cantería y ladrillo.

La ermita de la Sangre de Cristo conserva su portada del siglo XIII. Por las calles del pueblo cabe admirar edificios de corte gótico y renacentista.

Aún son apreciables en nuestros días los restos de las antiguas fortificaciones con un sistema de torres y murallas que daban la vuelta a la villa. El actual portal de Teruel es, sin duda, uno de los que cerraban la población.

Se mantienen en el lugar antiguas formas artesanas, en especial por lo que respecta a la madera, el hierro y la cerrajería.
El viajero tiene donde mitigar su sed, saciar su hambre, o permitirse un reparador descanso en el restaurante el Terolano entre otros.
En Sarrión nació Juan García célebre cantador de jota que triunfó también como cantante de ópera y zarzuela.

2. ALBENTOSA

Gentilicio: Albentosino
Nº de habitantes: 317
Altitud: 952
Fiestas: En el mes de agosto



El castillo se enrisca en un cerro elevado, se tiene noticia de la fortaleza desde el siglo XII; posteriormente, los templarios obtuvieron el castillo y el lugar. En 1369 se pusieron en estado de defensa varios castillos. Durante la primera guerra carlista se reparó y se guarneció; hoy sirve de cementerio. Sorprende la irregularidad de su planta, siendo prácticamente cuadrada de unos 35m de lado con cubos redondeados en las esquinas.
El caserío queda a los pies del cerro, agrupado en torno a la iglesia parroquial de Nuestra Señora de Los Ángeles, edificio gótico-renacentista del siglo XVI, construido a base de mampostería y cantería de una sola nave cubierta de crucería estrellada y arco triunfal de medio punto. La portada es de tipo plateresco.

Los montes que cercan el casco urbano no alcanzan excesiva altura, tanto la carretera como el ferrocarril necesitaron elevados puentes, la mayoría de la calles del caserío conservan sus nombre primitivos. En el verano devuelven la vida los emigrantes que residen cerca distribuidos en el próximo Levante.


3 EMBALSE DE LOS TORANES


La presa de Los Toranes se sitúa en el municipio de Albentosa, se construyó en los años 50 en el cauce del río Mijares, sobre una superficie de 8 hectáreas y con una capacidad máxima de 0,5 hectómetros cúbicos. La obra fue construída mediante una presa de gravedad con una altura de 17 metros y una longitud en coronación de 30 metros.
En esta presa se aprovecha la diferencia de altitudes y el encajonamiento del río para la producción de energía eléctrica. Esta presa pertenece a la Confederación Hidrográfica del Júcar.


4 MORA DE RUBIELOS

Gentilicio: Morano
Nº de habitantes: 1756
Altitud: 1035
Fiestas: Finales de Septiembre y del Pilar


El casco urbano se parte en dos; son dos villas en una, Villa Vieja y Villanueva; los barrios conservan sus antiguos nombres.
La historia de la villa es conocida desde su reconquista en 1171. La primera cita del aljibe data de 1260, lo que demuestra la antigua tradición regante del municipio, y ya existia antes del siglo XV.
En un altozano dominando la población, se levanta el extraordinario castillo-palacio medieval, que ya existía en 1446. El edificio es de planta irregular y se adapta a la topografía del terreno. El patio tiene forma de rombo, el estilo se corresponde con el gótico mediterráneo; en 1972 se iniciaron las obras de restauración del edificio escenario de la mejor historia de la villa.

Las calles se adornan con plantas y flores, hay arcos medievales y estilo gótico en la iglesia parroquial; los aleros extienden su sombra sobre fachadas encaladas y en alguna de sus estrechas calles casi se tocan.

En el aspecto monumental también, destacan la excolegiata de la Natividad.
Cabe citar los incendios de la iglesia y el castillo en 1544 y 1700.
En la denominada guerra de Sucesión, Mora de Rubielos ganó la flor de lis para su escudo y el titulo de FIDELISIMA, honores éstos que siempre supo mantener en alto.
La alfarería, característica también de la zona, asoma por algunas puertas, es cerámica popular y responde a su primitiva función práctica y eficaz.
A Mora se la conoce popularmente como la villa del toro embolado que se remonta a 1347.
La huerta ocupa escasa superficie, Abundan mas los cultivos de monte.
Mora se encuentra envuelta entre maravillas insospechadas.



Fuentes:
                 - Aragón pueblo a pueblo. Ediciones Aguaviva.1985
                 - Wikipedia
                 - Elaboración propia